Expresiones coloquiales

Cómo molo
Al final de curso, cuando entregué en casa las notas, mi madre solo leyó el despiadado suspenso que mi señorita me había puesto el matemáticas. El aprobado en el resto le importaba un pimiento. (…) Durante los días siguientes me miraba con los ojos inundados en rencor, recordando a cada momento que yo era ese niño tan burro que había suspendido una asignatura chupada. Tanta manía me cogió que el día en que la Luisa se despidió porque se iba a su mansión, mi madre le dijo para que yo lo oyera:
– Pues nosotros no nos vamos por culpa del mocoso este, que nos tiene a su padre y a mí sin dormir por culpa del dichoso suspenso.