Cómo describir una habitación

Por un maldito anuncio
Nada más llegar a la agencia, la recepcionista marco un número en su interfono, dijo nuestros nombres y algunas palabras extrañas que no entendí (…) y acto seguido nos condujo por largos y fríos corredores hasta una sala de reuniones con una gran mesa de madera barnizada y una decena de sillas a su alrededor.
Nunca antes había estado allí, pero tuve la extraña sensación de que aquella estancia me resultaba conocida. Era una habitación muy amplia, con techos altos (la agencia estaba situada en los bajos de un edificio en la parte antigua de la ciudad), pintada de color madera y enmoquetada como el resto de las dependencias.